A Raíz del Último Informe de la ONU

A Raíz del Último Informe de la ONU

Por: Héctor Romero

El pasado día 18 del presente mes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), publicó el primer informe sobre discriminación por edad. Este tipo de discriminación se denomina edadismo. En dicho informe se presentan los resultados de un conjunto de investigaciones realizadas a nivel mundial, sobre el impacto de lo que tipifican como “un flagelo insidioso para la sociedad”.

Según la ONU, el edadismo se refiere a los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas en función de su edad. Puede ser institucional, interpersonal o autoinfligido. Surgiendo cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, y menoscaban la solidaridad intergeneracional.

A nivel mundial, una de cada dos personas es edadista contra las personas mayores. En Europa, que es la única región de la que se dispone de datos, una persona de cada tres afirma haber sido objeto de edadismo.

En el caso de las personas mayores, el edadismo se asocia con una menor esperanza de vida, una salud física y mental más deficiente, una recuperación más lenta de la discapacidad, un deterioro cognitivo, un mayor aislamiento social y soledad, mayor inseguridad financiera, disminución de la calidad de vida y muerte prematura. Se estima que 6,3 millones de casos de depresión en todo el mundo se atribuyen a la discriminación por edad.

Un estudio de la Universidad de Oxford del 2020, sobre el gasto en atención médica en todos los estadounidenses de 60 años o más, mostró que la discriminación por edad en forma de estereotipos de edad negativos y autopercepciones, condujo a costos anuales excesivos de $ 63 mil millones de dólares para las ocho afecciones de salud más caras.

La ONU expresa que la discriminación por edad se filtra en muchas instituciones y sectores de la sociedad, incluidos los que brindan atención médica y social, en el lugar de trabajo, los medios de comunicación y el sistema legal. El racionamiento de la asistencia sanitaria basado únicamente en la edad está muy extendido. Una revisión sistemática en 2020 mostró que, en el 85 por ciento de 149 estudios, la edad determinó quién recibió ciertos procedimientos o tratamientos médicos.

Según este informe, se han demostrado la eficacia de tres estrategias para reducir el edadismo: la política y la legislación, las actividades educativas y las intervenciones de contacto intergeneracional.

En términos de leyes y políticas para reducir el edadismo, uno de los retos del Estado dominicano es prohibir que el sector empleador tenga como una de sus normas, no emplear a personas mayores de 45 años. Constituye una frustración para cualquier persona llegar a esa edad y no tener un empleo fijo, porque de ahí en adelante es casi imposible conseguir un empleo, incluso en áreas que se enriquecen con la experiencia y la sólida formación intelectual, que muchas veces dan los años, como es el caso de la docencia.  

Si lo expresado en el párrafo anterior pasa con los de 45 años, imaginemos lo que ocurre con los que tienen 60 o más cuando se encuentran desempleados y aún no han logrado cumplir ni los años, ni las cuotas necesarias para jubilarse.

Uno de los factores que aumenta el riesgo de sufrir edadismo según el informe de la ONU es trabajar la hostelería, lo que nos crea un reto directo como sociedad, por el gran impacto que tiene este sector en la vida y la economía de nuestro país.

 La educación es otra de las áreas negadas a los adultos mayores, como si su capacidad de aprender desapareciera con los años. En nuestro país no existen programas de educación técnica, de arte, de cultura etc, para los adultos mayores. Existe una universidad que se llama de la Tercera Edad, pero con planes educativos tradicionales, más bien enfocada a adultos que quieren hacer una segunda carrera. Hay países como es el caso de España, con programas académicos universitarios dirigidos a los adultos mayores, donde no se va a buscar un título, sino a aprender, convirtiéndose en espacios de ocio.

El edadismo también se manifiesta en lo concerniente a la vida sexual de los mayores. Socialmente se ve a los envejecientes como seres asexuados, llegando al límite de ridiculizar a quienes tratan de mantener una vida sexual activa, con términos como “viejo verde” o “vieja vagabunda”.

El edadismo llega a niveles tan bochornosos en República Dominicana, que los mayores son víctimas de burla hasta por tener una condición de discapacidad. Así ocurrió recientemente con un video que se hizo viral, donde unos jóvenes ponían a un envejeciente sin dentadura, a abrir una funda de agua con la boca, para burlase de que este no podía abrirla. La sociedad dominicana necesita hacer grandes esfuerzos en educar en el respeto a los adultos mayores y a la dignidad humana.

Para combatir el edadismo debemos crear relaciones intergeneracionales en las que los jóvenes, sobre todo los jóvenes varones, que son los más propensos a cometer edadismo, interactúen con los segmentos más envejecidos de la sociedad de manera sana. De esta manera no solo logramos que los jóvenes traten con respeto a los envejecientes, sino también que se vean como los futuros adultos mayores, propiciando como normal y bueno, el ser viejo.

El autor es Trabajador Social / Gerontólogo Clínico y Social.   

Share this post